-Ps… oye Kaito… Kaito… ¡Kaito!- le gritó Ran, sacándolo
de sus pensamientos.
-¿Eh…? ¿Qué pasa Ran?- preguntó Kaito, apenado mirando a
su amiga.
-¿Qué te sucedió hoy? Estás muy… distraído.
-Es que…
-¡Silencio!- gritó el maestro, quien estaba detrás de
ambos.
-Luego te digo Ran…
Había terminado el penúltimo período, y era hora de
almorzar. Los chicos se reunirían ahí en unos cuantos momentos, pero algo
andaba mal… no se sabía nada de Kazuha y Heiji ni tampoco de Aoko y Makoto.
Ran, Saguru, Kaito y Sonoko se reunieron en la mesa a intercambiar ideas sobre
su paradero, pero parecía que nada nuevo podía surgir. Sin embargo, Ran se
encontraba alegre en cierto modo, por dos motivos: Uno, porque “todos” se
habían reunido; y dos, porque era la primera vez que Kaito se notaba tan
preocupado por Aoko.
-Muy bien chicos, entiendo que todos estemos preocupados
por nuestros amigos, pero… ¿por qué Sonoko también lo está?- preguntó Ran,
confundida y dichosa por querer escuchar la respuesta de su amiga, Sonoko.
-Pff… ¿no es obvio? Quiero saber cómo están mis amigos.-
respondió ella, en un tono casi sospechoso.
-Que yo sepa… no te llevabas de maravillas con Aoko, que
digamos. Con Kazuha no eres amiga, de hecho no se llevan para nada, y “odias” a
Makoto por haberte insultado.- habló Ran, haciendo énfasis en sus últimas
palabras. Inmediatamente terminó
poniendo una sonrisa traviesa. –Vamos Sonoko… confiesa que realmente
solo quieres saber de Makoto.
-¡Eso es mentira!- gritó Sonoko, perturbada en su
defensa. –Heiji es mi amigo, y Makoto es un… llorón…- contestó ella, intentando
mostrarse segura de sí misma.
-Chicas, luego pelean si… de Aoko y Kazuha no hay rastro
y eso me preocupa. Debemos averiguar en dónde están.- habló Saguru por primera
vez.
-Es verdad, vamos…- dijo Kaito, incorporándose.
-Eh… ¿y si Shinichi sabe algo sobre ellos?- preguntó
Sonoko.
-¿Shinichi? Pff… ese idiota solo se preocupa de Shiho, de
nadie más.- dijo Ran, en tono de burla, abrazando su propia cintura,
disgustada.
Fue entonces cuando Ran sintió como alguien tocía detrás
de ella. Ran volteó a ver lentamente por temor a encontrarse con quien ella
quería ver más que a nada en el mundo, pero que a la vez era lo invertido. Pero
así pasó.
La atmosfera se
tornó tensa, y Kaito podía percibir el derrumbe que podría estar apunto de
ocurrirle a Ran. Debía proteger a su amiga hasta el final, antes de que algo
malo pudiese pasar.
-¿Qué haces aquí, Kudo?- le preguntó Kaito a Shinichi sin
rodeo.
-Vinimos a preguntarles si sabían algo de Aoko o Heiji,
pero veo que están igual o más perdidos que nosotros acerca de su paradero.
-Así es.- contestó Ran, de una forma tan fría que daba
hasta miedo.
-Bueno… yo lo último que supe de Aoko era que Makoto ayer
la había ido a dejar a su casa en su motocicleta.- dijo Kaito, recordando lo
sucedido el día de ayer.
-Y yo recuerdo que en clases, Heiji me dijo que saldría
con su padre, el padre de Kazuha y ella misma a cenar juntos.- dijo Shinichi,
muy pensativo.
-Creo que los cuatro podrían estar juntos.- dijo Shiho, incorporándose.
Ran miró por primera vez bien a Shiho, y se notaba en su rostro, un dejo de tristeza muy grande. Seguramente su vida estaba llena de soledad y buscó a Shinichi para llenar ese vacío, pensó Ran, pero le había quitado lo más valioso de su vida. No importaba lo que le había sucedido, ella le robó lo que más apreciaba en la vida, y la seguiría odiando por eso, aunque ella no era conocida por odiar, sino por su agradable personalidad.
-No lo creo… Heiji no era muy buen amigo de Makoto.- dijo
Shinichi.
-Pero… Makoto estaba colado por Aoko, y ella es la mejor
amiga de Heiji. Es muy probable que Aoko y Heiji se hayan juntado, y que Makoto
y Kazuha los estén acompañando.- dijo Ran, contrariando a Shinichi.
-¡¿Qué Makoto está detrás de Aoko?!- gritaron todos sorprendidos.
-No lo puedo creer… esa Aoko se las verá conmigo.- dijo
Sonoko, apresurándose en hablar y salir en busca de Aoko.
-Espera Sonoko…- le pidió gritó Ran a su amiga, saliendo
todos a la siga de Sonoko. Sin embargo, alguien había detenido a Ran del brazo,
alguien muy fuerte, al parecer.
-Ran… ¿es verdad que Makoto anda detrás de Aoko?-
preguntó Saguru, preocupado.
-Pues… esos son los rumores, y me he fijado mucho en cómo
Makoto mira a Aoko, pero… también mira de una forma sospechosa a Sonoko.- le
confesó Ran. –Oh… pero no te preocupes, a Aoko le gusta otro.- le dijo finalmente,
guiñándole el ojo y saliendo junto a los demás. Segundos después, Saguru hizo
lo mismo y salió en busca de Aoko.
Los chicos se habían dividido para encontrar a sus
amigos. Y sin embargo el ambiente seguía constituido por una clase de
remordimiento, muy grande, por parte de Ran y de Kaito.
A pesar de todas las cosas, y que todos hayan tenido
razones por querer encontrar a los cuatro muchachos, la que más sorprendía era
Sonoko, que no era muy cercana a Heiji, con Aoko casi ni hablaba, Kazuha era
alguien poco interesante para ella, y ella misma había dicho que odiaba a
Makoto. Sonoko creyó que le había persuadido, pero Ran sabía muy bien por qué
Sonoko quería encontrarlos.
Finalmente los chicos encontraron a los desaparecidos,
pero en distintos lugares. El primer grupo, quienes estaban: Saguru, Sonoko y
Kaito encontraron a Makoto y a Aoko en el hospital, mientras que el segundo
grupo formado por Shinichi, Ran y Shiho encontraron a Heiji y a Kazuha comiendo
en el mismo restaurante donde trabajaba Aoko.
-¿Qué hacen aquí?- les preguntó Saguru a Aoko y a Makoto.
-¿Si y por qué no fueron a la preparatoria?- preguntó
Kaito, incorporándose al interrogatorio.
-Bueno de hecho yo…
-¡A nadie le importa! Quiero saber por qué me dejaste
sola, infeliz.- le gritó Sonoko furiosa a Makoto.
Todos miraban con confusión aquella escena, por las
comodidades que Sonoko usaba en gritarle de aquella forma a Makoto, sin una
sola arruga sobre su rostro.
-¿Acaso querías que fuera a la preparatoria?- preguntó
Makoto, con una sonrisa burlesca.
-Pues obvio que si… eres el instructor de las clases de
Karate de la preparatoria, y… ¡faltaste a la primera lección!- le gritó aún más
fuerte.
-¡Bien pero no grites que pareces una loca!- le gritó él
también.
-¡¿Cómo te atreves a callarme?!- le siguió gritando hasta
que Makoto caminaba lejos de ella, y ésta le seguía aún gritándole.
-Así que… ¿cómo han estado?- preguntó Aoko, con una
sonrisa ingenua sobre su rostro, levantándose del asiento donde estaba sentada
para hablar mejor con Saguru y Kaito.
-¡Preocupados!- le gritó Kaito, enojado –Te hemos estado
buscando por todas partes, durante todo el mísero día para encontrarte aquí
junto a Makoto. Y por cierto… ¿qué hacías con él?- preguntó el un tono sobre protector,
muy celoso por lo demás.
-Lamento que les hayamos hecho perder tiempo, pero en
cuanto llegué hoy en la mañana me lo encontré y lo vi muy mal, así que decidí
acompañarlo al hospital, y henos aquí. Además, Kaito no tienes por qué ponerte
celoso, ayer te dije que no me atraía Kyogoku.
-¡Qué no estoy celoso, maldita sea!- gritó nuevamente
exaltado.
-Me alegra mucho que estés bien Aoko, me preocupaste
mucho, pensé que pudo haberte pasado algo malo.- dijo Saguru, poniéndose delante
de Kaito, hablando en un tono muy tierno.
-Aw qué tierno que eres Saguru.- contestó Aoko, muy
agradecida. –Estoy muy bien, gracias por preocuparte por mí.
-Qué rabia me dan ustedes dos.- siguió Kaito reclamando,
caminando lejos de ambos hasta que ya no los pudo oír más.
Saguru y Aoko por su parte, se miraron de una forma muy
comprometedora hasta que volvieron Makoto y Sonoko, quienes se miraban con
desprecio. –Bueno… vamos a buscar a los chicos, deben estar preocupados.- dijo
Sonoko.
-Tienes razón, vamos.- concordó Saguru, haciéndole caso a
su compañera de preparatoria.
En el restaurante, Ran había observado desde la ventana
como Heiji y Kazuha comían y hablaban fluidamente, tanto que llegó a darle
nostalgia a Ran, por los viejos tiempos donde solía ser la mejor amiga de
Shinichi, y él el mejor amigo de ella. No, se dijo Ran a sí misma, no iba a
interrumpir ese hermoso momento de ambos.
-Chicos… ellos parecen disfrutar de su compañía, y está
más que claro que están bien, ¿por qué no nos vamos y mañana les preguntamos
que sucedió?- preguntó Ran, muy alegre.
-Ehmmm…. Muy bien, mañana sabremos de las mismas bocas de
Heiji y Kazuha por qué faltaron a clases hoy. Vamos a buscar a los demás,
seguramente ya encontraron a Aoko y a Makoto.- ordenó Shinichi, devolviéndole una
sonrisa a Ran muy reconfortante.
Sin embargo la alegría de Ran duró muy poco ya que en
cuanto Shinichi tomó la delantera en el paso, Shiho corrió hasta él y se
sostuvo de su brazo para caminar juntos por las veredas. Eso abrió un poco más
la herida en el corazón de Ran, pero eso ya no importaba ya que lo importante
era la felicidad de Shinichi.
El grupo completo de los chicos se reunió por casualidad
en la plaza que quedaba frente del departamento donde vivía Ran. Todos hablaban
acalorados con los otros, y Ran reía por dentro al notar los celos de Kaito
hacia Aoko por estar bastante cerca de Makoto y Hakuba. Por su parte, Sonoko y
Makoto no dejaban de discutir, y Shinichi estaba preocupado por hablar con
Saguru, quienes habían establecido una amistad muy buena las últimas semanas.
Pero algo andaba mal, en cuanto Ran dirigió la mirada
para buscar a Shiho, se dio cuenta que se había ido pero que caminaba hasta
doblar la esquina. Sigilosamente Ran se salió del círculo de sus amigos y fue
hasta donde estaba Shiho. Su sorpresa aumentó cuando la vio llorar y su estado
parecía pésimo. ¿Qué había pasado? Se preguntó Ran a sí misma, hace un momento
Ran la notaba muy cómoda al lado de Shinichi, pero se notaba destrozada en su
interior.
-Shiho…- susurró Ran, luego de que haya tocado el hombro
y haya reaccionado de una forma violenta y a la vez frágil.
-¿Qué haces aquí Mouri? Shinichi está sin mí ahora, ¿qué
esperas para recuperar a tu tan preciado amigo?- le preguntó molesta, mientras
seguían brotando lagrimas en sus ojos.
-Cuando Shinichi y yo retomemos nuestra amistad quiero
que sea porque ambos queramos, no porque se dio una oportunidad inequívoca para
“robártelo”- le contestó ella, haciendo énfasis en las últimas palabras. –Vamos
Shiho, contesta, ¿qué pasó? ¿Acaso te hicieron algo? ¿Te molestó alguna actitud
de los chicos o la mía? Dímelo.- le ordenó.
-¿Por qué te preocupo? Deberías odiarme por ser quien te
robo a tu mejor amigo y a la persona quien más amas en el mundo.
-Porque yo no me guio por el odio ni por rencor ni el
remordimiento, Shiho.
Sin tardar mucho, Shiho se había derrumbado sobre Ran, abrazándola
tan fuerte que casi le asfixiaba. Ran le correspondió el abrazo, por varios
minutos permanecieron de esa forma, hasta que se sentaron en una escala que
estaba detrás de ellas. Shiho sollozaba pero Ran le prestó uno de sus pañuelos
para que secase sus lágrimas.
-Puedes confiar en mí, Shiho, independientemente de lo
que pienses de mí, no soy como tú piensas.- le aseguró Ran a Shiho, haciéndola vulnerable
en el momento.
-Es solo que… ver la forma en que todos están enamorados
entre sí, me hizo recordar a…
-¿Un viejo amor?- preguntó Ran inocentemente.
-Él fue algo mucho más que un simple amor para mí Ran…-
terminó la oración con aquellas palabras, antes que volviese a derrumbarse. Al
fin Ran entendió que Shiho no era una persona mala como ella pensaba.