martes, 28 de febrero de 2012

Segundo Capítulo {Enredo de Amor}


-Ran, espera por favor.- le rogaba Shinichi, muy triste.

-No quiero verte Kudo, quiero que te vayas.- le gritaba Ran, desde el baño de mujeres.

La historia había empezado así: Ran, literalmente, se derrumbó en cuanto vio a Shiho con Shinichi en el mismo restaurante que ella, cuando le había dicho que estaría lo suficientemente ocupado como para cancelar la típica cita que tenían los jueves desde que ambos tenían 12 años. Shinichi había roto la tradición, y con ello, el corazón de Ran.

En cuanto Shinichi se había dado cuenta de la presencia de Ran en el mismo restaurante que él, no dudó en ir corriendo tras ella, porque sabía que podía causar una escena ahí mismo. Ran corrió al baño, y se encerró ahí sola, aprovechando para poder llorar en paz. Pero Shinichi no dejaba de rogar que saliera de ahí dentro, para aclararle la situación.

-Por favor Ran.

-¡Rompiste la tradición, rompiste la tradición!- gritaba ella incesablemente.

-Ran…- susurró él, muy triste, sintiéndose muy mal por haberle causado tanto mal a la que se suponía que era su mejor amiga.

-Vete de aquí, Kudo.- apareció finalmente Kuroba, en una postura defensiva. –Ya viste ya que no haces falta aquí. Vete.- le volvió a repetir, cortantemente.

Shinichi naturalmente, no hubiese permitido que alguien lo hubiese tratado así, sobre todo si se trataba de Kaito Kuroba, pero esta vez, él era el culpable. Había herido a su mejor amiga, y se sentía de lo peor. Shinichi miró por última vez de reojo la puerta del baño, y tomó de la mano a Shiho, saliendo del restaurante.

Mientras que Ran seguía llorando desconsoladamente, veía a través de una pequeña ventana a Shinichi y a Shiho, saliendo del restaurante, tomados de la mano. Esa fue la gota que rebalsaba el vaso. ¿De qué había servido esperar tanto tiempo por él, si en verdad él nunca la querría? Se sentía horrible, no simplemente por el hecho de que estuviese con otra mujer, sino más bien por el hecho que le haya mentido.

Horas más tarde, Ran y Kazuha habían ido a la casa de la última a quedarse hasta mañana. Kaito se había quedado con ella bastante rato, pero decidió volver a casa para que pudiese pensar mejor las cosas. Se había portado excelente con ella. Heiji, a pesar de ser el mejor amigo de Shinichi, le había decepcionado el hecho de que le haya mentido a su buena amiga Ran, pero suponía que esa pelea no podía durar por mucho, así que también se fue al rato después con su padre.

Kazuha y Ran ya estaban en pijama, comiendo pizza, pasando las penas juntas, viendo TV. Kazuha había sido incondicional con ella, y no estaba dispuesta a dejar a su amiga sola en ese estado.

-Ese Shinichi, me las pagará…- resoplaba Kazuha, amarga.

-Ya no me importa. Que haga lo que quiera.- respondió ella, sin sentimiento alguno. Llamándole la atención a Kazuha.

-Wow… debió haberte decepcionado mucho como para que no te importe lo que te pase con él. Si antes te desvelabas por saber como estaba.- decía Kazuha, incómoda por la situación.

-Si, lo hizo.- repuso Ran. –Pero si él quiere estar con ella, que lo esté. Ya no quiero sufrir más por ese chico.

-Ran…- le miraba Kazuha, desolada.

-Es la verdad, Kazuha.- contestó ella, dándole la espalda a Kazuha, para esconder su profundo dolor. El profundo dolor de saber que las cosas entre ella y Shinichi estaban cambiando.

Al día después en la secundaria, Ran no se había molestado en ir a buscar a Shinichi, sentía que podía estar muy arrastrada con alguien que no lo merecía. Había pasado la mayoría del día con Kaito, quien se había encargado de hacerla reír por bastante rato. Ella sabía los sentimientos de él hacia ella, sin embargo, las ignoraba, porque no quería echar a perder esa buena amistad que ambos compartían.

No tenía cabeza para nada, lo que había pasado anoche aún lo sentía como una espantosa pesadilla. Ran no podía obligarle a Shinichi para quererla, pero ya había llegado a un punto desesperado donde cada segundo era como un delirio. Era hora del almuerzo, y Ran había clavado varias veces la mirada sobre la mesa de Shinichi, quien se veía muy alegre en compañía de Shiho. Pero algo había de raro: Aoko, Heiji y Makoto no estaban en la mesa. Solo estaban Shinichi con Shiho ¿qué estaría pasando?

Saguru se había sentado en otra mesa, junto a sus compañeros del salón; Ran, estaba sentada con los mismos de siempre: Sonoko, Kaito y Kazuha. Pero el ambiente estaba muy tenso.

Y la rutina se seguía. Día a día, Shinichi y Ran intercambiaban miradas, pero aún así, nadie parecía estar dispuesto a hacer las pases con el otro. Shinichi lo había intentado al principio, pero nunca había sido arrastrado ni nada por el estilo, así que dejó a Ran sola, cuando el corazón de Ran lo único que quería era volver a hablar con él.

Kaito seguía luchando por el amor de Ran y ella sin darse cuenta, iba aceptando ese hecho. Aoko siempre estuvo con Ran, de hecho había cambiado radicalmente sus juntas con Shinichi para estar más tiempo con Ran, Kazuha, Kaito y Sonoko. Heiji, era distinto, seguía siendo buen amigo de Shinichi y de Ran a la vez. Solo eso había cambiado.

-¿Puedes creer que ese Kyogoku crea que yo soy una hijita de papi?- preguntaba Sonoko, indignada. Poniendo su bandeja sobre la mesa donde se encontraban Aoko, Kaito, Kazuha y Ran.

-Pues…- hablaban los cuatro chicos, en una voz aguda.

-Nada de eso es cierto. Me tiene envidia porque yo estoy a la moda, y él no.- decía Sonoko, orgullosa de sí misma, mientras volteaba a ver a Kyogoku a su mesa, viéndolo reír junto a Heiji.

-Hay Sonoko…- susurraba Aoko, sonriente como siempre, dándole un mordisco a su mordida.

-¿Qué pasa Aoko? ¿Por qué tan risueña?- preguntaba Sonoko, ingenuamente.

-¿Es que no es obvio? Es claro que entre ustedes dos hay química, oculta, pero la hay.- respondía a Sonoko.

-Aoko, no todas las historias tratan siempre de amor.- decía Kaito, en defensa de su amiga Sonoko.

-No lo sé… ahora que lo pienso…- hablaba Ran, mirando pensativa hacia el cielo. –Harían linda pareja.

-¡¿Qué?!- preguntaban Sonoko y Kaito, exaltados.

-Oh vamos chicos, los opuestos se atraen y es obvio que entre tú y Makoto hay varias diferencias.

-Pues si, pero…

-Pero nada Sonoko. ¿Por qué no aprendes de Kazuha que no está enamorada de nadie?- preguntaba Ran en tono de broma, mirando a Kazuha, quien miraba cautivamente a unas cuantas mesas más allá. Todos se habían dado cuenta de aquella actitud. –Hey Kazuha, ¿no estarás enamorada, o si?- preguntaba Ran, atenta.

-¡¿Qué?! ¡Claro que no!- respondía Kazuha, sonrojada.

-¿Qué estabas viendo?- preguntaba Sonoko, exasperante, buscando el punto que Kazuha había estado mirando.

-¿A Makoto, también?- preguntaba Kaito, confuso. –Las chicas de mi salón también andan suspirando por él, no es la gran cosa.

-Pues… no es feo.- respondió Aoko, como si nada.

-¿Qué no es feo? Es un típico chico que se hace el interesante para que las chicas se enamoren de él. Y solo practica Karate, gran cosa.- decía él, molesto y a la vez celoso. –No te enamores de él, es un imbécil.

-¡¿Cómo puedes decirle así?!- preguntaba Sonoko, exaltada, levantándose de la silla, haciendo que todos la viesen. -¿Qué? ¿No tienen nada más interesante que ver?- preguntaba ella a todos los de la cafetería.

-¿Acaso lo defiendes?- preguntó Ran, sorprendida. –Hace un rato lo odiabas.

-No lo defiendo.- contestó avergonzada.

-Entonces, ¿cómo es que…?- preguntaba Ran, o eso intentaba hasta que Sonoko la interrumpió.

-Pero que tarde es, me debo ir. ¡Nos vemos!- exclamaba Sonoko, apurada, yéndose lejos de la mesa donde estaban sus amigos.

-Bueno… Kazuha y yo debemos ir a casa, nos vemos chicos.- decía Ran, excusándose para dejar solos a Aoko y a Kaito.

-Bueno, creo que yo también me voy.- decía Aoko, tranquila, tomando sus cosas.

-¿Quieres que te acompañe?- se ofrecía Kaito, sonriendo encantado.

-Pues… Makoto ya se había ofrecido para eso. Encima tiene auto.- contestó Aoko, sonriendo inocentemente, mientras Makoto llegaba detrás de ella.

-¿Nos vamos Aoko?- preguntó él, con una amplia sonrisa sobre su rostro.

-En un momento, espérame en el auto.- le ordenó y rápidamente Makoto se había ido. Aoko volvió a mirar a Kaito, incómoda. –Nos vemos mañana, cuídate.- se despedía Aoko, y se alejaba. Sin embargo, sin darse cuenta Kaito se había aparecido delante de ella. -¿Cómo es que…?- preguntaba ella, sin poder creerlo.

-Soy un buen mago. Pero necesito que me digas que no estás colada por ese Kyogoku.- ordenaba él, firmemente.

-Pues… es un lindo chico, pero sé que él puede gustarle a Sonoko, así que… estaré sola, por si te preocupó eso.- decía ella, dándole consuelo con unas cuantas palmadas en el hombro. Caminó unos cuantos pasos para que Kaito la volviese a seguir.

-No me preocupó eso, es solo que me preocupas… porque eres mi amiga.

-Desde hace apenas unos días.- contestó ella, de inmediato.

-Quiero dejarte algo claro, tú a mí no me gustas.- dijo él.

-Lo sé, sé que te gusta Ran. Pero cálmate, yo tampoco siento algo por ti.- dijo ella, seriamente.

-Sé que soy inalcanzable para ti.- contestó él orgulloso.

Kaito POV:

No habían pasado ni 10 minutos de haberle dicho eso, y Aoko, la chica que todos creían dulce, me había golpeado. ¿Qué dije de malo? Sé que muchas chicas andan detrás de mí, no sería una novedad si ella no lo estuviera. Sin embargo, el hecho de que salga con Makoto, me preocupa un poco… pero, ¿por qué? Solo he sociabilizado más con ella estos últimos días, nada más. Para mí solo existe una chica en mi corazón, Ran Mouri, pero, ¿por qué Aoko me preocupa tanto?

No hay comentarios:

Publicar un comentario