domingo, 12 de febrero de 2012

Primer Capítulo {Los Chicos Nuevos}


Era el primer día de clases y Ran Mouri como siempre estaba algo atrasada, haciendo esperar a Sonoko y a Shinichi fuera de casa. Hoy no era un simple día, hoy le diría a Shinichi lo que sentía por él, y es por eso que debía ir más linda como nunca. Por última vez se revisó en el espejo y se perfumó el cuello con su usual aroma frutal. Salió de casa y a la primera persona que vio, no fue nada menos que a Shinichi Kudo, haciendo trucos con su pelota de fútbol y a su amiga Sonoko que como siempre, se estaba maquillando.
Ran le sonrió feliz a Shinichi y lo abrazó con todas sus fuerzas. Luego se despegó y también abrazó a su amiga.

-Es el primer día, ¿nerviosos?- preguntó Ran, en un tono muy animado. Aún sonriendo.

-No, es otro año más, no veo la mayor diferencia.- respondió Shinichi indiferente, tomando la pelota con ambas manos. Él caminó unos cuantos pasos y volteó a mirar a ambas chicas, impaciente. –Bueno, ¿qué esperan? Debemos irnos ya, sino llegaremos tarde a clases.- decía Kudo, adelantándose y dejando atrás a ambas amigas.

-No sé cómo te puede gustar ese chico, es tan… testarudo, arrogante, engreído y desinteresado.- decía Sonoko, incomprensivamente. Quizá ella nunca entendería por qué la gente se enamora de sí.

-Bueno… no lo sé, sólo sé que todo lo que él es o hace me gusta… pero… la faceta de amistad acaba aquí porque hoy le diré mis sentimientos.- dijo Ran, sonriente. Siguieron el paso de Shinichi que estaba a unos cuantos metros de distancia.

-Bueno… supongo… pero es que ese Kudo… es tan…

-Sé que me entenderás cuando te enamores. Cuando uno se enamora es de una forma inesperada, y de circunstancias poco habituales. Mírame Sonoko.- le pidió a su amiga, ésta rápidamente le miró confundida y a la vez, atenta. –Me enamoré de Shinichi cuando teníamos 10 años, y fue cuando Randy me molestó porque mis padres se separaron. Shinichi me protegió de él y sus burlas. Nadie había hecho algo así por mí.- decía Ran melancolica, y con una sonrisa dulce que atravesaba lo ancho de su rostro. –Desde ese día amo a Shinichi, pero hoy se lo diré todo así que apúrate Sonoko.- exclamaba animada Ran a su mejor amiga, Sonoko, llegando a la secundaria corriendo y muy agitadas.

Ambas amigas llegaron a la secundaria y vieron a un montón de alumnos, tantos nuevos como viejos. Ran le había perdido el rastro a Shinichi y estaba desesperada buscándolo, se suponía que debía confesarse antes de la hora del almuerzo para poder decírselo a Kazuha, Kaito y a Aoko. Entonces, ahí veía a su grupo de amigos pero no podía verlos sin antes haber visto a Shinichi, pero fue precisamente en ese momento que lo vio, con la pelota metida entre uno de sus brazos, mirando embobado una cosa. Ran se dirigió hasta donde estaba su amigo, lenta y sigilosamente, para poder asustarlo. Logró asustarlo, pero su reacción fue algo muy inesperado para Ran.

-¡¿Pero qué pasa, Ran?!- preguntó Shinichi, casi gritándole, exaltado. Asustó a Ran y esto le dolió a ella, 
pero no dejó ver ese dejo de decepción y cambió su expresión facial como si nada.

-¿Qué es lo que tanto miras, Shinichi?- preguntó Ran, dulcemente.

-¿Cuántas veces te he dicho que me llames Kudo y no Shinichi?-  preguntó Shinichi ya molesto por la situación en que estaba. A Ran le parecía extraña la postura de Shinichi, por lo general él era serio, no molesto. Solo deseaba que no fuera algo que ella hubiese hecho. Shinichi inmediatamente cambió la expresión de su rostro y suspiró, esta vez, sonrió embobado y volvió a mirar a lo que miraba anteriormente. 

Ran siguió con la vista la dirección de lo que miraba Shinichi y le sorprendió que se tratara de una chica. –Y… mira qué belleza… debe ser del último año… es hermosa.- respondió Shinichi como respuesta final. Ran creía que él no tomaba las consecuencias de cómo ella se podía sentir.

Sintió un inmediato nudo en la garganta y por más que tragase saliva, no lograba desatarlo. Él no se daría cuenta de su ausencia así que decidió caminar unos cuantos pasos lejos de él, pero en cuanto sintió un brazo que le sujetaba e impedía seguir adelante. Ran volteó a ver de quien se trataba. -¿Qué sucede ahora?- preguntó ella, intentando ocultar su dolor.

-Viniste aquí por alguna razón, ¿qué debías decirme?- preguntó Shinichi, atentamente. Miró con cierta incertidumbre a Ran y parecía que él no se había dado cuenta que Ran tenía los ojos llorosos, algo en contra y a favor de ella.

Ran lo estuvo pensando un rato. ¿Cómo podía decirle a Shinichi sus sentimientos siendo que recientemente él había estado cortejando a una mujer con palabras frente a ella? Algo que era poco usual ya que Shinichi no era de las personas que se fijara tanto en las mujeres como para cortejarla de esa forma. No, se dijo a sí misma, ese no era el momento. Al menos se lo diría cuando se le pasara esa atracción hacia esa mujer.

-No, nada.- contestó Ran, con una sonrisa ingenua. –Es solo que quería preguntarte si hoy iremos al restaurante de siempre. Ya que hoy es jueves.- decía ella, en un tono muy ingenuo, tanto como su personalidad.

-Pues obvio que sí, Ran-Neechan, sabes que los jueves son días de sushi para nosotros.- contestó Shinichi alegremente, volviendo a darle el gusto a Ran de ser su amiga.

El primer período ya había pasado y a Shinichi como le tocaba libre, Ran tuvo que sentarse con Kaito. No era que no le gustase, pero la idea de sentarse con Shinichi, era mucho más tentadora. Pero la mente de Ran seguía fuera de orbita, sus pensamientos solo se concentraban en una sola cosa, y no era precisamente en el estudio, más bien, en la chica que se había quedado viendo Shinichi.

Parecía que enserio le había gustado esa chica, pero Ran deseaba profundamente que se fuese lo más pronto posible. ¿Cómo era posible que después de tantos años enamorada de Shinichi, él se fijase en la primera muchacha que cruzase por su camino? O mejor dicho, ¿por qué precisamente el día en que decide declararse, a Shinichi se le ocurre fijarse en alguien más? Era inconcebible para Ran.

Era hora de almorzar, y Ran como siempre se tenía que estar compartiendo entre su grupo de amigos. Primero se sentaría con Shinichi, Aoko y Heiji; luego en la mesa de Kaito, Sonoko y Kazuha. Su horario era complicado pero le gustaba tener tantos amigos, que lo disfrutaba. Cuando llegó a la cafetería y fue a hacer la fila para coger el almuerzo, dirigió la mirada hasta la mesa de Shinichi, pero se encontró con una sorpresa totalmente inesperada. Aceleró el paso en la fila y se dirigió hasta aquella mesa que había visto recientemente. Se sentó al lado de Shinichi, muy cercana a él, sonriéndole todo el tiempo. Luego volteó a ver a sus amigos y por último, a aquellos dos chicos que al parecer eran nuevos.

-Shinichi, ¿Quiénes son ellos?- preguntó Ran, ignorando a ambos chicos que estaban sentados frente a ella. Ran no dejaba de sonreírle a Shinichi, y éste le miraba serenamente, haciendo caso omiso a la situación.

-Ellos son los chicos nuevos. Ella.- hablaba Shinichi, momentáneamente hizo una pausa para apuntar a la chica que estaba frente a frente de él. –Se llama Shiho Miyano, va en el último grado. Y él.- nuevamente volvió a hacer la pausa para apuntar al chico que estaba sentado a un lado de Shiho. –Él es Makoto Kyogoku, también va en el último año.

-¿Y… hacen algo en especial o… son simples estudiantes?- preguntaba Heiji, hablando aún con comida en la boca. Aoko se rió dulcemente con esto, y Shinichi miró hacia Shiho, sonriéndole culpablemente. Ésta sin embargo, le devolvió la sonrisa como si nada.

-No quiero presumir pero soy muy buena en las ciencias. En las clases de laboratorio, soy la única que puede lograr hacer todo a la perfección.- decía Shiho, pausada y serenamente. Ésta comía lentamente su ensalada y el jugo natural que estaba a su lado.

-Yo era el capitán del equipo de Karate en la secundaria anterior. Espero poder volver a tener ese puesto.- decía Makoto, sonriendo esperanzado. Algo que no le gustó mucho a Ran.

-¡Wow…! Con que practicas Karate, ¿eh?- pregunta Aoko animada. Volteó a ver inmediatamente a Ran, quien se veía más preocupada de su comida que de ellos. Tomó las manos de sus amigas, sin dejar de sonreír del mismo modo que antes. –Al parecer tendrás competencia, Ran. Qué coincidencia que ambos practiquen karate.

-¿Así que también practicas Karate?- preguntó Makoto, sorprendido por lo que había dicho Aoko.

Siguieron hablando por un largo rato sobre el Karate, hasta que Ran decidió irse hasta la mesa donde estaban sus otros amigos, donde podría respirar y hablar tranquila. Parecía que en aquella mesa, había sub divisiones, ya que, Shinichi hablaba de lo muy acaramelado con su “nueva amiga” Shiho, y Ran solo hablaba con Makoto, en tanto que Heiji se hizo un grupo aparte con Aoko. Le dolía esa situación a Ran, se suponía que la que debía estar hablando acaramelada con Shinichi era ella, su mejor amiga de hace más o menos 10 años, y no una chica que venía recién conociendo. ¿Acaso esto era una conspiración en su contra? No entendía nada.

Llegó hasta la mesa donde se encontraban Kazuha, Kaito y Sonoko, más un alumno nuevo al parecer, quienes estaban comiendo. En cuanto Kaito se encontró con la presencia de Ran frente a la mesa, se levantó inmediatamente y le besó la mejilla, dándole un espacio para que se sentase a su lado. Kaito siempre fue muy caballeroso con ella, a pesar de que le jugara bromas pesadas, siempre la hacía sentir bien. Sin embargo, Ran solo le consideraba como a su hermano.

-Te estuvimos esperando durante mucho rato, Ran.- decía Kazuha, algo irritada, pero no era algo inusual para Ran ya que siempre existían conflictos de por qué pasaba más tiempo con el grupo de Shinichi que con ellos, e inversamente a la vez. –Pero bueno, no importa. Te presento a mi primo, el que te dije que estuvo en Inglaterra estudiando por un tiempo. Se llama Saguru Hakuba.- decía ella alegremente, mirando a su primo.

-Es un placer, Ran.- decía Saguru, dedicándole una sonrisa formal. –Voy en penúltimo grado, soy detective y… bueno, me quedaré aquí hasta que se acabe el año escolar.

-Interesante.- decía Ran, devolviéndole la sonrisa que Hakuba le dedicaba. Ran desenvolvía el yogur que tomaría como postre y siguió hablando con el chico nuevo. –Bueno nosotros somos de segundo grado, que supongo que Kazuha te dijo y… bueno, me llamo Ran Mouri, éste de aquí Kaito Kuroba y la chica casi rubia que está frente de ti se llama Sonoko Suzuki.- decía Ran, terminando de presentar a sus amigos.

-Oh… bien. Y ustedes… ¿son novios?- preguntó Hakuba, en un tono muy ingenuo mientras terminaba de comer su postre.

-¡¿Qué?!- exclamamos los dos al mismo tiempo, avergonzados, por supuesto. Ran por su parte rió en tono muy alto, algo que no dejó indiferente a nadie presente a la cafetería, y Hakuba por su parte se mantenía sonrojado con tal cosa que había dicho aquel chico.

-Claro que no somos novios, él es como mi hermano.

-Exacto, además a Ran le gusta Shinichi.- decía finalmente Sonoko, entrometiéndose en la conversación que aguardaban sus demás amigos.

-¡Sonoko!- le gritaba Ran, primera vez sonrojada, algo que le molestaba a Kaito. Suguro se resignó a decir cualquier palabra y solo esperó a que ellos prosiguiesen. Dentro de sí, él no dejaba de decir que en verdad parecían unos niños discutiendo.

Cuando finalmente estuvieron apunto de dejar la cafetería, Shinichi se acercó hasta la mesa donde estaba el grupo de Ran, que se veía con una postura nerviosa y a la vez ansiosa. Ran se pudo percatar de la cercanía de Shinichi cuando estuvo tres mesas de lejos de la suya, quien le hacía unas señales para que fuese hasta allí. Ran se disculpó y fue hasta donde Shinichi le llamaba.

-¿Qué sucede Shini… Kudo?- preguntó Ran, sintiéndose una completa tonta por casi haberle dicho Shinichi y no Kudo.

-Lo lamento Mouri, pero… hoy no podré ir contigo al restaurante. Recordé que tenía que hacer algo hoy en la noche, pero otro día salimos, ¿te parece?- Ran se sentía de lo peor pero no podía obligarlo a salir con ella. No había de otra, no podía hacerle una escena o reclamarle por nada, después de todo solo eran amigos.

-Está bien, no te preocupes.- respondió Ran, con una sonrisa frágil que se iluminaba en su rostro. Ya no le importaba mostrarse débil frente a su supuesto mejor amigo, ya que él, aunque tuviese dotes de detective, jamás se daría cuenta de los sentimientos de una mujer ni aunque le golpeasen en la cabeza.

-Ok, gracias Ran-Neechan, eres la mejor y lo sabes.- decía Shinichi, agradecido.
-Si, si… ya entendí.- dijo Ran, fastidiada y en el borde del colapso. Cruzó los brazos y miró furiosa a Shiho quien caminaba junto a Makoto, como si nada, como si no se hubiese enterado que había entrado en un área restringida.

Shinichi, al darse cuenta de cómo miraba Ran a Shiho, cambió su expresión agradecida, a una confusa y afligida postura. Shinichi le dio unos cuantos golpes suaves al brazo de Ran, sacándola violentamente de sus pensamientos. -¿Estás segura que no hay problema si cancelo la cita de hoy?- preguntaba Shinichi, apenado.

-Muy segura, no hay ni un problema. Solo cuídate y pórtate bien.- decía Ran, sonriendo de una forma sincera, a pesar de todo. Sin mayor aviso ni despedida, Ran se alejó de Shinichi hasta donde estaban Kaito, Sonoko, Kazuha y Subaru.

Ya era de noche y Ran había pasado la tarde en casa con su otro mejor amigo, Kaito Kuroba. Él ya se había enterado del rechazo que le había hecho pasar a Ran, y se enfureció pero… Ran de alguna forma lo pudo tranquilizar, y éste a su vez, la consoló haciendo uno de sus trucos de magia, sacando una rosa de la manga de su chaqueta. A Ran le encantaban los trucos de magia que él hacía, lo encontraba un excelente mago. Sin embargo, para ella era inconcebible que Kaito no tuviese novia, si después de todo, las chicas se pelean por sentarse con él en el salón. Quizá le gustaba estar soltero y sin ni un compromiso, esa era la razón más óptima para Ran, si después de todo Kaito coqueteaba y conquistaba a todas las chicas hablando dulce y seductoramente a la vez. Cuando no era un Don Juan, era todo un bromista.

-Tengo hambre.- reclamaba Kaito, haciendo pucheros como si fuese un niño pequeño, causándole gracia a Ran.

-Aliméntate.- le contestó Ran, fingiendo estar poco interesada, pero solo para seguirle el juego a su amigo.

-Yo quiero que tú me alimentes.- insistía Kuroba, duplicando los pucheros y las insistencias hacia su amiga.

-No soy tu empleada, pero… en verdad, yo también tengo hambre.- se reclamaba ella a sí misma, presionando su mano sobre su barriga. Inmediatamente miró a Kuroba, quien le miraba atento por si a su amiga se le había ocurrido alguna idea para comer algo. -¿Qué tal si vamos al restaurante de la esquina por sushi? Se suponía que Shinichi y yo iríamos, pero al parecer iba a estar ocupado hoy.- decía ella, fastidiada y rodando los ojos, sintiendo como la sangre le hervía.

-Cálmate Ran. No entiendo como una chica como tú, puede estar enamorada de un imbécil como él.

-Por favor, no le digas así, no frente de mí.- le rogaba Ran, nostálgicamente.

-Ran por favor, debe ser el rey de los imbéciles por haberte dejado ir. Yo sería muy feliz si tuviese la oportunidad de que alguien como tú estuviese enamorada de mí, no la haría sufrir.- reafirmó Kaito, mirando seriamente a Ran, algo que le incomodaba.

-Mejor dejémonos de estupideces y vamos por nuestro sushi.- decía Ran, rápidamente, cambiando de tema para no seguir con su incomodidad.

-¡¿Sushi?!- preguntó Kaito, casi indignado, apunto de desfallecer. A Ran le pareció rara la actitud de Kaito, pero rápidamente pudo entender por qué, su ictiofobia, miedo a los peces. Ran llevaba años sin entender cómo le podían dar miedo los peces y cómo no podía entender que la comida favorita de ella era el sushi.

-Bueno Kaito, por último tú comes pollo o algo por el estilo, pero yo no me voy de ese restaurante sin haber comido mi sushi, ¿entendido?- preguntó Ran, haciéndose la dura, cuando en verdad estaba muerta de la risa,

-Si jefa.- respondía él, atemorizado por la expresión de Ran, que parecía enojada.

-Así se habla.- dijo finalmente, soltando unas carcajadas.

En cuanto el par llegó al restaurante que estaba a la esquina de la casa de Ran, rápidamente apareció la mesera para recibirlos, pero Ran se sorprendió al ver de quien se trataba, lo contrario a Kaito, quien le dio igual de quien se trataba. Ran le sonrió dulcemente y dejó su pequeño bolso sobre el mesón de aquella mesera, que no era cualquier persona, era el máximo de meseros del restaurante, alguien que coordinaba a los demás.

-Aoko, ¿pero qué haces aquí?- preguntó Ran, sorprendida y feliz al haberla encontrado precisamente en ese lugar.

-Te dije que tenía un nuevo empleo, Ran.- contestó Aoko, entusiasta y sonriente como siempre. Levantó la mirada y se dio cuenta que su acompañante era nada más ni nada menos que Kaito Kuroba. –Hola Kaito, 
¿cómo va todo?

-Excelente, gracias por preguntar.- respondió casi de inmediato, sonriendo, pero sin tener mayor intención de querer hablar con ella.

-Bueno, pensé que vendrías con Shinichi, pero… bueno.- miró atentamente la fina libreta que estaba sobre el mesón y volvió a mirar a ambos chicos. –Bueno, síganme.- les ordenaba la pequeña Aoko, sin dejar de sonreír. Ella iba caminando y les indicaba donde podían sentarse. A Ran le causó mucha impresión que una de sus mejores amigas trabajase allí ya que ese restaurante era muy fino, y muy difícil de entrar.
Aoko los dejó hasta una mesa para dos personas, que por sorpresa se encontraron con más amigos. Bueno, solo amigos de Ran. Nada más ni nada menos que Kazuha y Heiji en la misma mesa con sus padres. 

Esperen… ¿Heiji Hattori junto a Kazuha Toyama en la misma mesa, sin ni un accidentado? Algo raro había aquí, se decían para sí mismos: Kaito, Aoko y Ran. Los tres chicos saludaron calurosamente a los miembros que estaban en la mesa, y rápidamente se sentaron en su propia mesa. Aoko recibió las órdenes de ambos y se fue a pedirlas, volviendo a trabajar. Ran y Kaito hablaban muy cómodos entre sí, y todo iba bien hasta que de repente, Kazuha y Heiji se sientan al lado el uno del otro. Kazuha a un lado de Ran y Heiji a un lado de Kaito. Ambos chicos se miraron extrañados y en cuanto quisieron preguntar qué pasaba, ambos se adelantaron.

-¡Ran, ven, vamos al baño!- le exigía Kazuha a su mejor amiga, tironeándola del brazo para que saliera rápidamente.

-Kaito, amigo mío. Tengo que hablar contigo en privado.- decía Heiji también, muy agitado, sacudiéndolo a todos lados. Esto incomodaba a Kaito, sobre todo por el hecho de que él con Hattori nunca habían sido amigos.

-Bien, pero espera.- respondió Ran, tomando su cartera y tomando la mano de Kazuha para poder ir al baño.

Pero de inmediato Ran cambió de parecer y quiso ir a dejar el bolso en manos de Kaito. Pero en cuanto volteó a ver hacia atrás, su corazón se rompía poco a poco cuando vio a Shinichi con Shiho en la recepción del restaurante, junto a Aoko, quien se veía que los atendía.

Ran se tardó un momento en reaccionar, pero lo primero que hizo cuando volvió a tomar la noción del tiempo fue mirar decepcionada a la pareja y negar con la cabeza, lentamente. –Así que por esa razón iba a estar ocupado esta noche.- decía en susurro, mientras que Kazuha miraba triste a Ran.

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